viernes, 20 de junio de 2008

SONIDOS URBANOS THE VELVET UNDERGROUND (El jipi)



The Velvet Underground.

Este es “el grupo”. Posiblemente el más influyente de la historia del rock y cuya sombra, a día de hoy, se extiende sobre esta música contaminando a infinidad de grupos.
Como apareció esta singularidad, se debe sobre todo a la lucha de los egos gigantescos de John Cale y Lou Reed y al momento, con Andy Warhol y su loco mundo de modelos y artistas drogotas moviéndose alrededor de The Factory.
Lewis Alan Reed nació en Brooklin tuvo una juventud rebelde que le granjeó internamientos psiquiátricos y unos cuantos electroshocks. Con 16 años toca la guitarra rítmica en el grupo The Shades y compone el single del 58 “So blue”. En la universidad de Syracusa ejerce de dj en el campus y pincha rock’n’roll, blues y jazz. Aquí conoce a Sterling Morrison que estudia por libre y toca la guitarra teniendo como influencia a Bo Diddley y los viejos bluesmen del delta. También se relaciona con el poeta residente Delmore Schwartz, alcohólico de vida disipada , que le enseña las posibilidades del lenguaje y la poesía.
John Cale nacido en Gales gana la beca Leonard Bernstein en composición moderna siendo entrevistado por Aaron Copland (uno de los compositores mayores del música clásica americana del siglo XX) para conseguirla. Se traslada a Tanglewood, Massachussets pero inmediatamente es atraído por la vanguardia neoyorkina que se mueve alrededor del movimiento dadaísta Fluxus y forma parte del grupo Dream Syndicate donde militaba la flor y nata de la música minimalista (Terry Reily, Lamonte Young,) entre los que se encontraba Agnus Mclise que sería el primer batería de la Velvet y que se retiraría antes de la primera actuación del grupo. Un día el violinista del Syndicate, Tony Conrad, le lleva a ver la actuación del grupo The Primitives, donde toca un tal Lou Reed . Entre las canciones hay una que le impacta, Heroin, y le hace querer colaborar con él. Ya tenemos el germen del grupo, un músico de férrea formación clásica pero que pugna por dar salida a toda la energía y demencia en él almacenada, y un músico escritor enamorado del lenguaje y que busca una nueva música con la que dar cuerpo a sus ideas.
Y ante la retirada de Mclise, buscan un batería y Morrison se acuerda de la hermana de un compañero suyo de habitación Mauren Tucker, fascinada por la percusión africana y que contribuirá a dar ese toque hipnótico y tribal que tienen los discos del grupo.
En una de sus actuaciones, los descubre Warhol que se los lleva como banda sonora del Exploding Plastic Inevitable, espectáculo con proyecciones estroboscópicas, trozos de películas de Warhol y bailarines ante un público que entre el espectáculo, la música terrible y distorsionada y las drogas alucinógenas (era la moda) vio el nacimiento de una nueva era en la que el amor y las flores eran manchados por la sangre, la suciedad y la locura.

The Velvet Underground and Nico. Realizado en Marzo del 67 con una mítica portada, un plátano que se podía pelar dejando al descubierto un fruto rosáceo. Cuando Andy Warhol les produjo el disco nunca había producido uno, lo que fue bueno porque básicamente puso los micrófonos, por lo que se captura a la banda casi tal como tocaba en directo. También de Warhol fue la idea de que tocaran con una protegida suya, una modelo llamada Nico que ya había grabado un single producido por Jimmy Page. En cuanto a las canciones, se puede decir que giran alrededor de las drogas, aunque también hay una oda al sadomasoquismo (Venus in Furs) una bonita aunque retorcida canción de amor (I’ll be your mirror), una crónica de la vida en The Factory (All Tomorrow’s parties) y Heroin, la que da sentido a todo el disco, una de las canciones más nihilistas jamás compuestas, una oda a la autodestrucción extrañamente épica y llena de imágenes perturbadoras.

White light white heat. Realizado en Enero del 68. Después de romper con Warhol, el grupo da un paso adelante hacia la locura. Si en el disco anterior, aunque de sonido revolucionario, todavía hay vestigios que les anclan a la música del momento, en éste ya no hay mas referencias que las de ellos y su propio mundo. La producción de Tom Wilson crea un muro de sonido sobre el que Reed y Cale recitan o cantan extrañas letanías ciegos de speed y anfetas, aupados por olas de distorsión, feedback y la monótona percusión de Moe Tucker. La canción que da titulo al disco hace referencia a una sobredosis de speed. En otra, I heard call my name, un enloquecido Reed canta sobre un tipo que oye como le llama su amante muerta. La más larga, Sister Ray, cuenta una orgía con asesinato y heroína por medio. Lady Godiva’s operation, una operación de cerebro sin anestesia y así el resto. Un catálogo de suciedad y cutrerío atravesado con un sentido del humor macabro y con una música que tira a degüello, vomitada directamente del rincón más oscuro del alma humana.

Hasta que este grupo surgió, el rock’n roll había celebrado el sexo, la vida, el ritmo y hasta las drogas. Después de ellos todo cambió. La inocencia, el mesianismo y la seguridad en la visión del mundo cayó y a partir de entonces surge otro concepto mas oscuro del rock. En el 70 otro disco destruye lo poco que quedaba después de ellos y lo sustituye por la furia y la desesperación, uniendo el garage con el free jazz. Es el Fun House de Iggy Pop y los Stooges pero eso será otro día.

Un saludo de jipi.

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