martes, 1 de junio de 2010

SOBRE LA NECEDAD.



EN LOS TIEMPOS QUE CORREN, ES MENESTER TENER PRESENTE A LOS CLASICOS, PARA NO CAER EN NECEDADES COTIDIANAS.

El Confiado de sí mismo y la Porfía, al cabo de largo tiempo y de entrañable amor, que el uno al otro se tuvo por inclinación natural amando cada uno a su semejante, se casaron. Deste ayuntamiento tuvieron copia innumerable de hijos.

Éstos se juntaron unos con otros por dispensación del Tiempo ; y no perdiéndola en el producir, dio este grano ciento por una, a cuya causa vino a ser infinito el numero de los necios, y sus impertinencias y abusos sin enmienda ni reparo.

Cada uno de por sí introdujo nuevo lenguaje y jeringonza procurando que ni el olvido los sepultase ni el tiempo los consumiese; y así lograron sus designios, de suerte, que, con haber comenzado pocos años después, que el yerno de nuestros primeros padres o por mejor decir cuando ellos, y con el buen paramérito del limitado y no conocido número de discretos, a quien la Necedad aflige y persigue con la mano que vemos.

Necedad se llama y es todo aquello que se hace o dice encontrando o repugnando las costumbres de cortesía o lenguaje político.

Algunas necedades se apuntan en este breve discurso, como por él se verá, porque todo sería intentar lo imposible, siendo, como es, tal y tanta su diversidad, calidades y muchedumbre-, de las que el hombre debe huir como el navegante del peñasco o bajío que le amenaza, y son las siguientes:

El ocupar uno lugar donde le pueden decir que se quite, necedad de perfil.

El competir con persona poderosa quien no lo es, necedad a prueba de mosquete.

Sacar el lienzo y sonarse las narices habiendo comenzado algún discurso o plática, necedad azafranada; y si alguna vez advirtiese en las conversaciones de recogerle, haciendo alarde y mirando, superfluidad del celebro que quedó con él, porquería y asquerosa resolución.

El preguntar uno al otro cuando se ven en alguna parte: Acá esta vuesa merced, necedad garrafal.

Tener uno un libro en la mano y quitárselo otro, necedad con capirote; y si a esto añade quitársele estando leyendo, necedad con falda, de que no revela amistad, y si ya no es que el que le lee se le ofrece segunda vez. Lo mismo se entiende con un instrumento en que uno está tañendo; y si tras quitársele de la mano se pone a templar, dando a entender el defecto del que la tañía y su mal oído, queda declarado por necio de pendón y caldera.

Preguntar una persona a otra, viéndole con entera salud y muestras della que como esta, superfluidad parece en medio de necedad, siendo mas propio decir: Huélgome de veros con salud.

El sacudirse un hombre los pies del polvo o lodo habiendo ya entrado a estancia o pieza El deshollinarse y escombrarse uno con los dos dedos hasta las narices estando en conversación, o en visita, necedad lampreada; y si hiciese hormigos y fideos de lo verde y seco del remanente, declárase por porquería del horno.

El repetir uno en un mismo día y en una misma conversación una misma cosa, por la primera vez se le atribuye a falta de memoria, y a la segunda se declara por necedad venial, y la tercera reincidencia se confirma por necedad entera con bordón y esclavina y notoria falta de caudal.

Y si alguno apuntare con palabras significativas, alguna necedad llevándolo por lo perfilado y escuchándose, y la quisiera dejar en parto abortivo ( por no poder salir della, como de ordinario acontece), se le compela por todo rigor de razones picantes a que juegue della como de pieza tocada, o quede desde luego declarada por necedad con caparazón, y la segunda vez por necedad con gualdrapa.

Si alguno interrumpiese el discurso, o plática por alguno comenzada en conversación, quede declarado por semitonto, por el a,b,c, los términos de la cortesía; la segunda vez, por necio coleado, hablador de ventaja y sobresaliente de la baraja de los necios, y a la tercera vez sea avisado que ignora por dónde se entra a la puerta de los términos cortesanos.

Asimismo se declare por necio preciso el que sin conocimiento y sin ser llamado se allega a la conversación de otros, mayormente si en ella están dos solos, y si a esto se añade ver que se recatan dél o muestran disgusto, y persevera, quede por necio de la China; Y si diere su razón sin pedírsela, líbresele ejecutoria gratiae, para que allí y en toda parte use de su oficio, sin que se le pida otro examen y recaudo.

Ítem. Se declara por necio de tres capas al que, en visita o conversación de damas, se pone a referir lo que con otra ha pasado; de donde, por lo menos, se saca dos partes de aborrecimiento y una de hablador, con un “ Dios os provea por esta acera” a sus pretensiones. Declárese también por entre necio y falta de materia, de razones y caudal perdonado de la ignorancia al que, pasado de una vez, se arrima al común bordoncillo del vituperio de los tiempos, fríos o calidos, lluviosos o secos,ventas,mesones y paraderos perpetuos de la necedad.

Item. Se declara y confirma por necio de manga de armar al que, refiriendo la gracia de sus hijos, tapa y pone de todo una conversación, causa de desabridos bostezos en los circunstantes; y si a esto añadiere el estado de sus pleitos, haciendas y fabricas, de sus casas, edificios y designios de sus pretensiones, quede por necio de tres altos e impertinente de veinte y dos quilates. Y se le eche calza para otras conversaciones, en las cuales pueda sin nota alguna volver las espaldas. Y cualquiera que le denunciare por tal, sea creído por sola su palabra sin otra prueba, averiguación ni juramento, y se le libre titulo de quebrantahuesos.

Item. Se declara por necio de los cuatro en carga al que va por las calles hablando consigo mismo a solas entre si, y se pregunta y se responde; y si a esto añade efectos de rostro y manos, estiramiento de cejas y alzar de ojos, paradillas de cuando en cuando, de trecho en trecho, se declara juntamente por legitimo sucesor de aposento, jarro y vela de la casa del nuncio de Toledo. <


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